Parecía que la sección de personajes de la historio se acabo
en el primer post, pero hoy vuelvo con ellos, y os traigo un personaje que en
mi opinión es una de las vidas más interesantes de la historia.
Me refiero a Aníbal Barca de Cartago, uno de los mejores
generales de la historia, y seguramente el mejor táctico de la historia.
Fue el mayor enemigo al que se tuvo que enfrentar Roma y no estuvo
lejos de alcanzar la victoria, la cual habría cambiado el curso de la historia.
De todos es conocida su gesta de cruzar los Alpes con sus
elefantes, sus victorias en Italia y su derrota ante Escipion en Zama, pero
poco se conoce de su vida anterior y posterior.
Hoy voy a intentar contaros toda su historia.
Juventud
Aníbal nació en el 247 a.c. en la ciudad de Cartago. Hijo
del general Amílcar de la poderosa familia de los Barca y de una mujer ibérica.
En el momento de su nacimiento Cartago era la ciudad más
grande y poderosa del Mediterráneo Occidental. Pero había surgido una nueva
potencia en la península Itálica, una ciudad llamada Roma y en el momento del
nacimiento de Aníbal, Cartago se encontraba en una guerra por el control de
Sicilia que se alargaba desde hacía casi 20 años.
Amílcar era el principal general en Italia, por lo que Aníbal
fue criado por preceptores griegos que influyeron de manera importante en la
manera de pensar del joven Aníbal.
Finalmente en el 240 a.c. finalizo la Primera Guerra Púnica,
con la derrota total de Cartago y la pérdida de Sicilia.
Cartago estaba en una situación muy mala y la imposibilidad
de pagar a las tropas mercenarias provoco una terrible revuelta de estas. Roma
aprovecho esta situación y arrebato a Cartago Córcega y Cerdeña.
Sicilia se había conquistado de forma justa pero esto fue aprovecharse
de la delicada situación de Cartago y esto produjo un odio incontrolado en Amílcar
hacia Roma que transmitió a sus hijos.
Tras la derrota de los mercenarios por Amílcar, Cartago estaba
en la bancarrota y necesitaba reconstruir su economía. Para ello nada mejor que
la península Ibérica, rica en recursos minerales y en la cual Cartago ya tenía
intereses.
En el 238 a.c. Amílcar partió hacia ella con su familia.
Con esta partida Amílcar ponía las bases de un nuevo poderío
para enfrentarse en un futuro a Roma y por otro lado se alejaba de Cartago, en
la cual se desconfiaba de la poderosa familia de los Barca.
Pero antes de partir ocurrió un hecho curioso pero muy
importante. Ante los dioses de Cartago, Amílcar hizo jurar al joven Aníbal odio
eterno hacia Roma, promesa que este mantendría toda su vida. (La verdad que no
hay pruebas solidas de que este hecho ocurriera realmente, además algunas
fuentes indican que ocurrió en España y no en Cartago).
Una vez en Hispania Amílcar funda la ciudad de Qart Hadasht,
la actual Cartagena como base de su expansión en la península Ibérica.
Con un equilibrio entre firmeza y suavidad Amílcar fue
expandiendo el poder cartaginés y las ingentes cantidades de recursos lograron
la recuperación de Cartago en un tiempo record.
Da la mano de su padre y después de su cuñado Asdrúbal, tras
la muerte de Amílcar en el 228 a.c., Aníbal fue adquiriendo cada vez más
experiencia militar con las luchas contra las tenaces y tribus iberas. Aquí demostró
dos rasgos que le acompañarían durante toda su vida, su sangre fría en la
batalla y su capacidad para hacerse querer por sus tropas.
En el 221 a.c. Asdrúbal es asesinado y Aníbal con 26 años se
convierte en gobernador de Iberia y jefe de su ejército.
Sagunto
Cuando Roma se volvió hacia Cartago vio horrorizada que era más
poderosa que nunca y se prepara para actuar.
Firmo un tratado con Asdrúbal que marcaba la frontera de las
áreas de influencia en el rio Ebro, pero tras el ascenso de Aníbal, este no pretendía
mantener el tratado.
Pero los príncipes de Cartago no estaban dispuestos a iniciar
la guerra, así que Aníbal necesitaba que fuera Roma quien la iniciara.
Pero por suerte para Aníbal estaba la ciudad de Sagunto.
Sagunto era una ciudad griega que aunque se encontraba muy
al sur del Ebro, era aliada de Roma (esto ha llevado a algunos expertos a
indicar que la frontera se fijo en el Júcar y no en el Ebro).
Basándose en la política de áreas de influencia Aníbal sitio
Sagunto. Roma protesto y exigió el fin del sitio. Aníbal expulso a los
embajadores de malas maneras.
Tras ocho meses de asedio, en el 219 a.c. Sagunto cayó.
Roma exigió responsabilidades o declararía la guerra.
El éxito de Sagunto y el cuantioso botín enviado por Aníbal a
Cartago envalentono a los príncipes que se negaron a plegarse ante los romanos.
A principios del 218 a.c. Roma declaro a Cartago la guerra
que tanto deseaba Aníbal.
La Segunda Guerra Púnica había comenzado.
Cruzando los Alpes
Los romanos esperaban una repetición de la guerra anterior,
con la lucha en ultramar pero Aníbal tenía otros planes.
Había levantado un formidable ejercito de unos 100.000
hombres incluyendo 12.000 de caballería y 37 elefantes de guerra.
Este ejército era un conglomerado de los más diversos orígenes
que solo se mantuvieron unidos por la gran capacidad de liderazgo de Aníbal.
La intención de este era llevar la guerra al mismo corazón de
Italia, algo que los romanos no podían sospechar.
Partió de Hispania, dejando un pequeño ejército para
protegerla. Cuando llegaron los romanos se debieron sentir como unos tontos al
ver que su enemigo se había ido y estaba llegando al Ródano.
Aníbal había sufrido algunas pérdidas en el cruce del Ebro y
de los Pirineos, pero el primer gran problema fue el cruce del Ródano que los
galos se negaban a dejarle pasar por sus tierras.
Aquí empozo a demostrar sus grandes dotes de general. Puso a
parte de su ejército en un punto para hacer creer a los galos que cruzaría por
un punto, pero en realidad cruzo con su caballería mas al norte y atrapo a los
galos por la espalda derrotándolos. Tras esto puso rumbo a los Alpes.
En este momento para los romanos ya estaba claro que Aníbal
se dirigía a Italia, y el ejército que había llegado a Hispania partió por mar
de nuevo a Italia.
El cruce de los alpes se inicio a mediados de otoño del 218
a.c. y fue muy duro, con laberinticos pasos de montaña cubiertos de nieve y
ataques por parte de las tribus montañesas.
El paso de los Alpes se llevo por delante la mitad del ejército
de Aníbal y la mayor parte de sus elefantes.
Pero en Noviembre del 218 a.c. con
un ejército de 36.000 hombres y 6.000 jinetes, Aníbal, que había perdido un
ojo, tiene ante él la llanura Padana.
De Tesino a Cannas
A pesar de sus pérdidas Aníbal contaba con un ejército muy
curtido que pudo reforzar con galos del norte de Italia, algo importante ya que
los romanos habían vuelto de Hispania y le esperaban.
La primera batalla se produjo en el arrollo de Tesino. Fue
mas una escaramuza que Aníbal gano sin problema, pero fue importante por dos
razones, fue la primera victoria de Aníbal en suelo italiano y la segunda es el
destacado papel del hijo de 19 años del general romano al mando, Publio Cornelio
Escipion.
Tras Tesino, Aníbal avanzo hacia el sur y cruzo el Po, pero
los romanos no se quedaron quietos y enviaron contra Aníbal un ejército de
40.000 hombres al mando de Sempronio Longo y se encontraron cerca de donde el
rio Trebia se une al Po con cada ejército a un lado del pequeño Trebia. Era
diciembre del 218 a.c.
Aníbal había medido bien a sus enemigos, que deseaban a toda
costa una victoria tras la derrota de Tesino, así que les tentó, mandando un
pequeña destacamento en pos de los romanos.
Estos picaron el anzuelo y se lanzaron tras el contingente cartaginés
atravesando el rio. Llegaron a la otra orilla, empapados y helados donde les
estaba esperando el grueso del ejército de Aníbal que hizo una masacre con
ellos.
30.000 romanos fueron muertos o hechos prisioneros frente a
4.000 cartagineses.
Aníbal inicio sur a través de Etruria y aquí se empezó a
vislumbrar que uno de los pilares de la estrategia de Aníbal iba a fallar (otra
muestra de que Aníbal era mejor táctico que estratega), y era la esperanza de
que las ciudades italianas se rebelaran contra Roma, pero muchos años de buen
gobierno las habían unido fuertemente a Roma.
Por su parte los romanos estaban fuera de sí de rabia y
enviaron un nuevo ejército de 30.000 hombres al mando de Cayo Flaminio, famoso
general con mas nombre que capacidad.
Flaminio inicio una persecución de Aníbal al que alcanzo en
el lago Trasimeno.
Este lago rodeado de colinas y con estrechos senderos en sus
riberas era el lugar perfecto para una emboscada, algo que Aníbal vio pero
Flaminio no.
Aníbal oculto su ejército en las colinas y Flaminio en su búsqueda
coloco a su ejército en una delgada y larga fila en las riberas del lago. No se
lo pudieron colocar mejor a Aníbal que ataco desde las colinas y prácticamente aniquilo
al ejército romano atrapado entre los cartagineses y el lago. Estamos en junio
del 217 a.c.
Roma quedo en shock y ya que no contaba con ejércitos para
defender la capital, pero de todas formas Aníbal partió hacia el sur con la
esperanza de la defección de samnitas, apulios y griegos.
Por su parte Roma nombra dictador a Fabio Maximo, quien
sigue la estrategia de hostigar a Aníbal pero evitando el ataque frontal.
Aunque estas medidas eran correctas mientras Roma no tuviera
un general de la talla de Aníbal, no era del agrado del pueblo romano que lo
consideraba cobardía. Así que en el 216 a.c. Maximo fue sustituido por los cónsules
Paulo y Varron.
Reunieron un ejército de 80.000 hombres, el mayor ejercito
romano hasta la fecha y partieron en busca de Aníbal para acabar con el de una
vez por todas.
Aníbal los esperaba en Cannas, en la Apulia. Su ejército llegaba
hasta los 50.000 hombres, mucho menor al romano, pero Aníbal sabía que podía derrotar
a cualquier ejercito.
La batalla se inicia el 2 de agosto del 216 a.c. Los romanos
presionaron el centro de la línea cartaginesa, contando con su mayor número. El
centro empezó a ceder y los romanos viendo la victoria siguieron presionando,
pero Aníbal lo tenía todo calculado.
Dejo que el frente se convirtiera en una “U” con los romanos
en su interior y entonces de la orden de que la caballería de los flacos
cerrara la bolsa y todo se convirtió en una carnicería.
70.000 romanos murieron frente a 6.000 cartagineses,
incluyendo al cónsul Paulo (Varron se suicido antes que volver a Roma
humillado).
Por este batalla se considera a Aníbal uno de los mejores
generales de la historia, ya que gracias a su capacidad pudo derrotar a un ejército,
no solamente mucho mayor, sino mucho mejor.
En este momento Aníbal alcanza su pináculo de poder,
mientras roma es presa del pánico.
Los aliado de roma empiezan a desertar y a pasarse a Aníbal,
como Capua, Tarento, Siracusa o Macedonia, y Aníbal con un ejército de 45.000
tiene ante él a una Roma indefensa.
Pero fue justo en este momento cundo Roma dio el mejor
ejemplo de sí misma.
La recuperación romana
La razón de porque Aníbal no ataco a Roma es un misterio.
Los expertos dicen que fue el mayor error de su vida, tirando por la borda
todas sus victorias. Pero también es verdad que Aníbal fue de los mejores
generales de la historia, no contaba con maquinas de asedio, había perdido
muchos veteranos y nunca recibió ayuda desde Cartago. Puede que si no
consideraba oportuno atacar Roma es porque no era oportuno.
Lo que sí es verdad que tras tres años de guerra Aníbal decidió
invernar en Capua.
Mientras tanto los romanos levantaron nuevos ejércitos de la
nada y siguieron dos estrategias:
- Evitar cualquier ataque frontal contra Aníbal e ir mordisqueando su retaguardia.
- Atacar la base de su poder, es decir a Hispania.
Los ejércitos en Hispania dirigidos por Publio Cornelio y
pos su hijo Publio Cornelio Escipion empezaron a hacer verdaderos avances,
quebrando poco a poco el dominio cartaginés.
Otros ejércitos desembarcaron en Sicilia y tomaron Siracusa a pesar de que en su defensa contaban con el
sabio Arquímedes.
Aníbal por su parte intentaba conseguir otra victoria contra
los romanos, pero estos desaparecían enseguida y volvían para acosar a sus
flancos.
La situación empezó a tornarse desesperada. Ante la falta de
ayuda por parte de Cartago Aníbal pide ayuda a su hermano Asdrúbal que parte de
Hispania a pesar de los intentos de Escipion (Su padre había muerto y era el líder
de su ejército en Hispania). De todas formas poco podía hacerse ya que en el
209 a.c. Carthago Nova ya había caído.
Asdrúbal atravesó los Alpes, pero no logro unirse a Aníbal,
ya que los romanos lo interceptaron en el rio Metauro y destruyeron su ejército.
Cortaron su cabeza y la lanzaron en el campamento de Aníbal.
Este, acosado se dirigió al sur hasta Calabria.
Entonces fueron los aliados de Cartago los que empezaron a
desertar. Muy duro fue el abandono de Numidia que aportaba la mayor parte de la
caballería de Cartago.
Si esto fuera poco, Roma encontró en Escipion un general de
la talla de Aníbal.
Este decidió que la única forma de terminar la guerra era
llevar la guerra a Cartago.
Desembarco un gran ejército y los cartagineses desesperados
volvieron a llamar a Aníbal, el cual volvió.
Los dos ejércitos se encontraron en la llanura de Zama, dos ejércitos
de unos 50.000 hombres cada uno.
Pero esta vez Aníbal tenia ante él a Escipio, que era con el
que contaba con una mayor y mejor caballería.
El 19 de octubre del 202 a.c. Aníbal era derrotado en la
batalla de Zama. Con esto terminaba la Segunda Guerra Púnica y el poder de
Cartago.
Gobernante de Cartago
Tras la guerra Cartago quedo reducido al norte del actual Túnez,
sin ejercito y teniendo que pagar una enorme indemnización a una Roma que jamás
perdonaría las humillaciones de Trasimeno y Cannas.
Aníbal se puso al frente de la ciudad apoyado por el partido
democrático y con la oposición de los líderes oligarcas.
Aníbal que tenía entonces 46 años demostró tener tanta
capacidad para el gobierno como para la guerra.
Aumento la producción de la ciudad con lo que su comercio volvió
a florecer y en un tiempo record pudo pagar sus deudas a Roma.
Esto asusto a Roma que temía un resurgir de Cartago y el
inicio de una nueva guerra.
Los príncipes mercaderes, temiendo la reacción romana, no
tuvieron escrúpulos en ofrecerles la cabeza de Aníbal, pero este abandono
Cartago en el 195 a.c.
En Asia
Aníbal fue a Tiro y luego a Éfeso donde conoció al soberano
seleucida, Antíoco III.
Aníbal no había olvidado su juramento de odio a Roma y sabia
que el Imperio Seleucida era la única potencia del Mediterráneo capaz de
rivalizar con Roma.
La guerra estallo en 191 a.c. y Aníbal decidió poner toda su
capacidad contra Roma. Propuso a Antíoco un buen plan en el que consistía en un
desembarco a gran escala en Italia con un ejército dirigido por Aníbal.
Antíoco no lo tuvo en cuenta, ya que por una parte se creía un
gran general y por otra había muchos celos hacia Aníbal en su corte.
Al final le confirió una flota, pero Aníbal no se sentía cómodo
en el mar, era un guerrero terrestre y fue derrotado.
Igualmente Antíoco fue derrotado estrepitosamente por Roma
en Magnesia en el 190 a.c.
En el tratado se estipulaba entre otras cosas la entrega de Aníbal,
pero Antíoco fue bastante caballeroso para dejarle escapar.
El fin de Aníbal
Tras la derrota Seleucida, Aníbal vago por los reinos de
oriente siempre huyendo de los cazarrecompensas romanos.
Primero estuvo en la corte de Armenia, y tras esta en
distintos reinos de Asia Menor hasta que llego a la corte de Prusias II de
Bitinia.
Bitinia estaba en guerra con Pergamo, y con la ayuda de Aníbal
empezó a encadenar victoria tras victoria. No solo eso, mejoro la gestión del
reino y lo llevo hacia la prosperidad.
Pero desgraciadamente Pergamo era aliado de Roma, la cual
vio la mano de Aníbal en estos hechos y ataco a Bitinia.
Prusias no fue tan caballeroso como Antíoco y no facilito la
huida de Aníbal.
De todas formas este tenía 63 años y estaba cansado de su
continua lucha contra Roma y sabia que su destino seria ser paseado como botín
por las calles de Roma.
Cuando los soldados romanos entraron en su casa para tomarlo
prisionero bebió un veneno que siempre llevaba con él, en el interior de un
anillo.
Se cuenta que sus últimas palabras fueron:
Pongamos fin a la gran ansiedad de los romanos, que consideran demasiado largo y penoso esperar la muerte de un viejo aborrecido.
Con esto llega el final de la vida de Aníbal, uno de los
mayores generales de todos los tiempos y el mayor enemigo de Roma en su época de
grandeza.
te faltó colocar el famoso diálogo que tuvieron Aníbal con Escipio después de ser capturado:
ResponderEliminarEscipio: Aníbal... a tu parecer quiénes fueron los 3 mejores generales de la historia??
Aníbal: en primer lugar.. Alejandro... en segundo Pirro rey de Epiro... y en tercer lugar yo!
Escipio: y entonces que dirías si me hubieses derrotado?
Aníbal: jajajaja... entonces... me contaría como el primero de entre todos!!!!!!!!!
MUY BUENA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Vaya, un dato muy interesante y que ka verdad desconocia.
EliminarMuchas gracias por tu comentario, ademas me has dado una idea para un nuevo post.